Existen miles de variedades de uva que se utilizan para producir vino, sin embargo, solo siete se consideran las más nobles y aquellas de las que provienen los vinos más buscados del mundo. Hay cuatro uvas tintas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y Syrah (también conocida como Shiraz) y tres de uvas blancas: Chardonnay, Sauvignon Blanc y Riesling.
Burdeos es la cuna de algunas de las mejores uvas del mundo. Las que predominan en esta zona son Cabernet Sauvignon y Merlot. Los mejores vinos hechos con Cabernet Sauvignon son conocidos por sus sabores a grosella y cereza negra, un color intenso y un alto nivel de taninos y acidez. Es una variedad de uva que a menudo se envejece en barrica de roble para añadirle sabor y complejidad. Cuando todavía son jóvenes los vinos de Burdeos pueden ser bastante ásperos, por lo que necesitan tiempo para suavizarse y madurar antes de ser degustados. Cabernet Sauvignon es una de las variedades de uva que más se cultiva en el mundo, y la calidad y el estilo varía dependiendo de dónde se cultiva.
Merlot, por otra parte, tiene más sabores de zarzamora y ciruela, también con un toque de menta. Tiene menos acidez y taninos que el Cabernet Sauvignon, por lo que ambas variedades a menudo se mezclan para producir vinos más equilibrados y complejos.
Pinot Noir es la variedad de uva que se utiliza para producir los mejores vinos de Borgoña. Es una uva delicada, difícil de madurar, cuyo estilo y calidad puede variar dependiendo de muchos factores. Tiene una piel fina que le aporta a sus vinos un color más claro. Cuando son jóvenes tiene sabores a fresa, cereza y frambuesa que, al madurar, le proporcionarán más complejidad. Fuera de Borgoña las zonas más conocidas de Pinot Noir son Central Otago, en Nueva Zelanda y varias regiones más frías en Australia.
Syrah se encuentra principalmente en el norte del Valle del Ródano, mientras que Shiraz, la misma uva pero con diferente nombre, produce vinos de muy alta calidad en Australia. Syrah tiene un color intenso, aromas de fruta negra, pimienta negra, chocolate y toques de regaliz. Es una uva que necesita un clima templado para poder madurar. A menudo se mezcla con Cabernet Sauvignon o Garnacha. Como las otras variedades de uvas tintas, produce vinos que pueden ser envejecidos en barrica y desarrollar así mayor madurez.
Chardonnay es la variedad de uva blanca más conocida. Procede de Borgoña, pero se puede encontrar por todo el mundo y, curiosamente, el estilo y el sabor del vino cambia de acuerdo a la región y el clima. En lugares fríos, como Chablis, hecho 100% de Chardonnay, los vinos tienes sabores de manzana y pera, con algunas notas minerales. Mientras tanto, un Chardonnay de una región cálida de Australia tendrá sabores de frutas tropicales. Dadas las variedades de sabores y estilos de los Chardonnay podrás encontrar algunos bastante diferentes entre sí.
Sauvignon Blanc produce vinos frescos, con sabores a espárragos, pimiento, hierba recién cortada y frutas verdes. Es un vino de climas fríos, y muy conocido por los vinos del Valle de Loira, hogar del Sancerre y el Pouilly-Fume, y también en Marlborough, en Nueva Zelanda. Tiene una acidez alta natural y es uno de los principales componentes del vino dulce más famoso del mundo: Sauternes.
El último miembro de estos “Siete Magníficos” es Riesling. Ésta es una variedad de uva aromática, cuyo origen es Alemania. Hay una amplia variedad de estilos y calidades, de lo cual ya he escrito con anterioridad. Las etiquetas de los vinos alemanes no son fáciles de entender, pero busca palabras como “Kabinett”, “Spatlese” y “Auslese” para descubrir los diferentes estilos. La región francesa de Alsacia, Austria y algunas regiones en Australia y Nueva Zelanda también producen excelentes Rieslings.
Cuando vayas catando los diferentes vinos que hay en el mundo, prueba a catar estas variedades clásicas de uva de tantas regiones como te sea posible.
