Con frecuencia la gente me pide consejo sobre qué vinos elegir para acompañar platos de la gastronomía valenciana. En Valencia tenemos una rica variedad de ellos con sabores mediterráneos. Siempre digo que no hay reglas escritas cuando se trata de maridar vino y comida, lo importante es que elijas la combinación que más te guste. Sin embargo, es útil saber cómo algunos ingredientes en particular influyen en el vino, de manera tanto positiva como negativa.
Comencemos con el plato valenciano más famoso: la paella de pollo y conejo. Hay pocos platos más sabrosos y generen más devoción que la paella valenciana. Para acompañar este plato se me ocurren vinos de varios estilos. Por ejemplo, un Godello de Valdeorras, con sus sabores de limón y melocotón, y su textura ligeramente oleosa. Otra alternativa que le irá muy bien, si prefieres un tinto, es un Rioja joven, preferiblemente de La Rioja Alavesa o La Rioja Alta, con sus agradables sabores a fresa y cereza, junto con un toque de roble tostado.
Qué mejor que estar en un restaurante junto a la playa, mirando al Mediterráneo, con un plato de Fideuà, y una copa de buen Cava o un Cremant del Valle del Loira, que está hecho con el mismo método que el Champagne, pero con una relación calidad-precio mucho mejor. Sus burbujas, junto con su fresca acidez, te refrescarán el paladar.
La cocina valenciana también tiene algunas tapas autóctonas como el Esgarrat, una combinación de pimiento rojo asado y bacalao en salazón, con ajo y aceite de oliva. Este plato es algo más difícil de maridar, ya que tenemos el dulzor de los pimientos, la salinidad del bacalao, además del ajo y el aceite. Un afrutado Sauvignon Blanc, de Pouilly Fumé o de Marlborough en Nueva Zelanda o de Rueda, con sus sabores cítricos y herbáceos, y un toque de mineralidad, tendrá la intensidad de sabor y textura para acompañar este plato.
El Esgarrat es originario de Alcoy, en el interior de Valencia, donde también inventaron las aceitunas rellenas de anchoa, lo cual es realmente curioso, teniendo en cuenta que la ciudad no es especialmente famosa por sus aceitunas ¡y menos un lugar donde puedas encontrar anchoas!
Vamos con el All i pebre, un famoso plato procedente de La Albufera y los pueblos del sur de Valencia. El ingrediente principal de este plato es la anguila, junto con el pimentón, el ajo y las patatas. Un buen Mencía del Bierzo, con sus frutas rojas frescas, y su carácter terroso, sería una combinación estupenda para este plato. La textura gelatinosa de la anguila también puede ir bien con un estilo de vino algo más oleoso, como un coupage de Viognier y Marsanne, del Norte del Ródano. Una opción con mucho sabor.
Recuerdo cuando llegué a Valencia hace más de 20 años y probé los buñuelos por primera vez. Hechos con calabaza, fritos y con azúcar. Simplemente deliciosos. Ahora que las falleras salen de su hibernación y las vemos lucir sus maravillosos atuendos otra vez, me acuerdo de los buñuelos. Aquí tenemos el dulzor de la calabaza y el azúcar, así que sugeriría un Moscatel semi-seco y aromático, de Valencia o Alicante. Es precisamente el que sea semi-seco lo que lo hace ideal para acompañar el dulzor del buñuelo.
Tanto pensar y escribir sobre comida y vino, me ha dado hambre… ¡A disfrutar!