En Australia se están produciendo incendios forestales, que arden sin control, desde hace más de tres meses, y las imágenes de la destrucción de vidas y bienes se muestran diariamente con toda su crudeza en la televisión. Se estima que una zona equivalente en tamaño a Andalucía está en llamas, y que más de un tercio de los viñedos en la prestigiosa región de Adelaide Hills, en el sur de Australia, ha sido destruido.
El riesgo de incendios forestales es una precupación constante en Australia. A menudo se producen por causas naturales, como son la caída de rayos. Según los expertos, el cambio climático está influyendo en la virulencia de los fuegos. Este año ha hecho mucho más calor durante mucho más tiempo de lo habitual y el año pasado llovió mucho menos de lo que es normal. Estos dos elementos juntos crearon las peores condiciones, haciendo que la temporada de incendios en el país sea más larga y mucho más peligrosa.
En el sur de Australia más de 60 viñedos y bodegas han sufrido daños o han sido completamente destruidos. Para ponerlo en perspectiva, ¿puedes imaginar lo que sería incendios salvajes atacando las zonas vinícolas valencianas y destruyendo 60 bodegas? Es una imagen aterradora. Muchos agricultores en el sur de Australia lo han perdido todo y les será difícil recuperarse. Son comunidades de agricultores y viticultores estrechamente unidos, que se están movilizando para darse apoyo los unos a los otros.
Una de las bodegas de más nivel y prestigio que se ha visto desgraciadamente afectada es Henschke. Yo conozco bien sus vinos, ya que los tenemos en nuestra tienda. En su propiedad llevan viviendo cinco generaciones de la familia Henschke. Como consecuencia de los incendios, han perdido algunos de los viñedos más valiosos y pintorescos de Australia. Ahora los propietarios tendrán que esperar y ver si los viñedos se pueden recuperar.
En los últimos años incendios arrasadores han tenido un impacto devastador en viñedos de todo el mundo. En Portugal, después de una sequía extrema que llegó a secar en parte el curso del río Duero, los incendios se extendieron sin control, matando a más de 60 personas. En California, se perdieron miles de hectáreas, y muchos vinos de esa añada están “ahumados”, debido a que las vides se vieron envueltas por el humo, que cubrió la cérea piel de las uvas. Esto es especialmente evidente en los vinos tintos, porque la piel se deja en contacto con el zumo para extraer el color, los taninos y el sabor.
Las vides son muy sensibles al entorno y sin duda hay importantes temas que tienen que afrontar las regiones vinícolas más prestigiosas del mundo. Las emisiones masivas de carbón están causando un aumento de las temperaturas, una de cuyas consecuencias es que aparecen unos valores más extremos en la temperatura del agua, lo que cualquier agricultor te confirmará, puede ser catastrófico.
En la próxima década, el gran reto que van a afrontar las bodegas, la economía del vino en general y en última instancia, los bebedores de vino, es que muchas regiones tienen una tremenda escasez de agua. Desde España, pasando por Sudáfrica, hasta Australia y California, los ríos y los embalses se están secando. Plantar viñedos a mayor altitud y latitud es una solución a corto plazo. Y cómo reducir las emisiones de carbono un reto enorme. También desde la utilización de botellas hasta cómo se transporta el vino y cómo se consume energía en las bodegas, y así sucesivamente.
Quizá en el futuro el vino se convertirá en un lujo para unos pocos, en lugar de ser la bebida que todos conocemos hoy.
