Cuando pensamos en los vinos gallegos, la uva blanca Albariño y posiblemente la Godello, son las que primero nos vienen a la cabeza. Sin embargo, hay muchos vinos tintos de Galicia que son maravillosos y están por descubrir, como hice yo en mi reciente viaje a la región. Las zonas principales donde se cultivan las uvas tintas son Ribeiro, Ribeira Sacra y Monterrei.
En general, los vinos de Ribeiro son más frescos y con menos cuerpo, con un estilo parecido a los del Valle del Loira, ya que los viñedos se refrescan gracias a las brisas estivales que vienen del Atlántico. Los de la Ribeira Sacra tienen un cuerpo medio, con sabores a frutos rojos más maduros, mientras que aquellos de Monterrei, que se encuentra mucho más al interior, y disfruta de un clima mucho más cálido durante los meses de verano, con escasa influencia del mar, son vinos con más cuerpo y con menos acidez. De hecho, los tintos de esta región se están beneficiando del cambio climático, ya que los veranos más suaves están influyendo en la maduración de las uvas, dando lugar a vinos con menos acidez y más afrutados.
Históricamente, el extremo noroeste español se conocía más por sus vinos tintos. En sus novelas, Cervantes escribió sobre el esplendor de los vinos de Ribeiro. Igualmente, los ingleses le daban un gran valor a la alta acidez del vino, algo importante para mantenerlos en perfectas condiciones durante los largos viajes por mar, eso antes de que descubrieran los vinos de Jerez. A comienzos del siglo XX la filoxera destruyó la mayoría de los viñedos, y cuando estos fueron replantados, los agricultores plantaron la uva blanca Palomino, que se consideraba era más resistente a la enfermedad, y más productiva, un hecho relevante para la subsistencia de la forma de cultivo de la época.
El descenso de la producción y el consumo de los vinos tintos de Galicia continuó hasta principios de los 70, cuando una nueva generación de agricultores comenzó a redescubrir muchas de las uvas autóctonas que habían sido abandonadas con anterioridad. Actualmente existen unas 65 variedades de uvas autóctonas gallegas, muchas de las cuales son rojas. Mencía, estrictamente hablando, procede del Bierzo, pero históricamente también ha formado parte de Galicia, y es la variedad de uva roja más conocida. Algunas menos conocidas pero interesantes son Caíño, Sousón y Brancellao.
En Vigo tuve la oportunidad de catar unos cuantos vinos tintos de la región, y quedé impresionado por su calidad. En mi opinión, un buen tinto de la Ribeira Sacra es uno de los vinos más versátiles. Son vinos secos, con poco cuerpo, frescos, y con una acidez alta natural y bajos en taninos, por lo que pueden acompañar a una gran variedad de platos de pescado y carne.
Aquí os dejo algunas sugerencias de vinos tintos de Galicia verdaderamente buenos: Algueira Mencía 2018 de Bodegas Algueira en la Ribeira Sacra, un vino con poco cuerpo, lleno de sabores a frutos rojos y negros (fresa, frambuesa, arándano y grosella negra) con un toque de pimienta negra. Torna Dos Pasás, hecho por Luis Anxo Rodríguez en Ribeiro, con las uvas autóctonas Brancellao, Caíño y Ferrón. Tiene un estilo similar a los de Algueira, pero con más cuerpo. Por último, Quinta da Muradella ‘Alanda Tinto’, hecho con las uvas Bastardo (¡qué gran nombre!), Caíño, Redondo, Mencía, Sousón y Araúxa. Es éste un gran vino, si lo puedes encontrar, te lo recomiendo vivamente. Y para terminar, Lomba dos Ares hecho por Fedellos do Couto en la Ribeira Sacra con las uvas Mencía, Mouratón, Merenzao, Garnacha y Caiño. Tomé este último en la última cena que disfruté en Vigo.
Ha sido un viaje fascinante ¡y ya estoy deseando organizar el siguiente para poder aprender más de los vinos tintos de Galicia!
