Estos son algunos de los conceptos erróneos comunes sobre el vino. Del numero 1 al 5:
1. Los tapones de rosca son para vinos más baratos y de peor calidad
No es cierto. Fabricantes de vino de todo el mundo están comenzando a utilizar tapones de rosca con más frecuencia como alternativa a los tapones de corcho habituales, porque sellan la botella y no permiten la entrada de oxígeno. Además, así también se evita el riesgo de que el vino pueda quedar contaminado por el sabor a corcho (ese olor a cartón mojado o champiñones pasados). Quizás el tapón de rosca sea menos romántico que el tapón de corcho, pero es más práctico. En la actualidad, prácticamente todos los vinos de Nueva Zelanda (famosos por la gran calidad de sus vinos) vienen con tapón de rosca; y Australia y los EE. UU. le siguen de cerca. En la Discovery Selection 50% de los vinos tiene tapones de rosca
2. Los vinos caros son mejores
No siempre. El precio de los vinos depende de muchos factores, no solo de la calidad; me refiero a la demanda y la disponibilidad. En términos generales, cuanto más conocida es la zona productora y la variedad de las uvas, más caro es el vino. Sin embargo, existen variedades de uva menos conocidas de zonas menos famosas que ofrecen una gran calidad a precios más bajos.
La escala de producción también es otro factor. Las bodegas pequeñas generalmente tienen unos costes de producción más elevados que las bodegas automatizadas de mayor tamaño, pero esto tampoco implica que el vino de un productor de mayor tamaño tenga una calidad inferior.
3. Los vinos añejos son mejores que los vinos jóvenes
Puede ser cierto, pero no siempre es el caso. Mucha gente piensa que el vino mejora con el paso de los años y que cuanto más añejo, mejor es su calidad. Conviene tener en cuenta que la inmensa mayoría de vinos se producen para ser consumidos entre 1 y 3 años desde su producción, por lo tanto no van a mejorar con el paso del tiempo. Si se desea envejecer un vino, este deberá tener una concentración de frutos, taninos y acidez que requieran tiempo para madurar. Si se bebe cuando todavía es demasiado joven, estarán cerrados y no se podrán apreciar su verdadero carácter y calidad.
4. El sabor dulce y el sabor afrutado son lo mismo en cuanto a vinos
No, no lo son. La gente a menudo confunde estos conceptos en el vino. Un Chardonnay joven puede estar lleno de aromas dulces y opulentos, como frutos tropicales, piña, papaya, pero a su vez puede ser seco en cuanto al azúcar residual. Es comprensible que ambos términos se confundan porque es difícil entender cómo algo puede tener aromas dulces y ser seco a la vez. Nuestros sentidos asocian los frutos tropicales o las bayas de verano maduras con el dulzor, y por ello se produce esta asociación con el sabor dulce. Sin embargo, los vinos dulces tradicionales, como el Sauternes, Tokaj, algunos Rieslings y algunos Moscateles se producen siguiendo un proceso distinto, de manera que el vino presenta un nivel de azúcar residual mucho más elevado.
5. Se debe utilizar solo el vino más barato para cocinar
Si no es bueno para beberlo, ¿por qué para cocinarlo sí? A medida que el vino se reduce durante la cocción, los aromas se concentran debido a la evaporación. Por eso, si utilizamos un vino que no tiene sabor o que directamente sabe mal, eso será lo que añadamos a la comida. En España existe un gran mercado de «vinos para cocinar«, que utilizan una base de vino a la que se le añade una selección de hierbas aromáticas por infusión y después se fortifica. Son vinos imbebibles, y por tanto, reducen la calidad de la comida. Para cocinar deberíamos utilizar únicamente vinos que nos gustan.
La próxima semana podrán leer otros cinco conceptos erróneos comunes sobre el vino. Si tiene cualquier duda o comentario escríbalo a continuación.