Ahora que estamos en época navideña, con tantas comidas y cenas, permitidme hablar de cuáles son mis vinos preferidos, que sin duda elegiré para estas celebraciones, y por los que a menudo soy preguntado. Primero que nada, y sobre todo, son vinos que suelen ser sutiles, elegantes, con sabores a frutas maduras, equilibrados y con características de la región donde se cultivan. Vinos que no necesitan excesiva explicación, que tan solo proporcionan placer, los conoces cuando los bebes. No soy de vinos “freaky”, o de aquellos que se presentan como “naturales”, pero a los que claramente les faltan cosas.
Cuando elijo un vino, tanto en una tienda como en un restaurante, si la carta es buena, o para una cena con amigos, el proceso me lleva su tiempo. Como profesional del vino puede que creas que para mí es más sencillo, pero normalmente es justo lo contrario.
Si estoy haciendo un curso o una cata, siempre resalto la importancia de aprender cómo catar, para así poder encontrar tus estilos de vino preferidos, lo que es mucho más importante que elegir uno porque alguien ha dicho que es bueno o porque ha ganado algún premio, o conseguido muchos puntos en éste o en aquel ranking.
Uno de mis vinos preferidos es el Jerez, especialmente el Fino y la Manzanilla. Es uno de los pocos vinos (estrictamente hablando es un vino fortificado), en los que la mayoría de las marcas conocidas son todas buenas, tanto si hablamos de Tío Pepe, Hidalgo o de Fernando de Castilla. Sin embargo, uno que me gusta especialmente es Barbadillo Manzanilla en Rama.
Mi variedad de uva preferida es Riesling. Me encanta un Riesling seco de Mosel, un estilo más ligero y más afrutado, o de Nahe, seco con un carácter mineral. Puedes encontrar Rieslings alemanes secos de gran calidad si buscas las siglas “GG” en la etiqueta, que corresponden a “Grosses Gewachs”, que son Rieslings secos de las mejores bodegas. Igualmente soy muy fan de los Rieslings del Nuevo Mundo, particularmente de Clare Valley y Margaret River, en Australia.
Sauvignon Blanc, de Pouilly Fumé, se encontraría en la parte alta de mi lista de blancos favoritos. En esta región la uva expresa sus mejores características, con aromas herbáceos con frutas de hueso blanco maduras y una acidez refrescante y una elegancia que adoro.
Debo decir que si tuviera que elegir una uva roja ésta sería Syrah, del Norte del Ródano. Bayas negras maduras, especias, un toque de roble y mucha sutileza, y a la vez potencia, pero que no resulta excesiva. Con frecuencia me decanto por una botella de Les Haus du Fief de Cave de Tain en Crozes Hermitage. Por otra parte, en Sudáfrica se producen también Syrah increíblemente buenos, en la Región de Stellenbosch.
Soy además fan de Pinot Noir. Generalmente elijo un Pinot de Central Otago, en Nueva Zelanda. Me encantan los de Burdeos, pero no soy un especialista en ellos, y es un campo minado, en el sentido de que es difícil encontrar uno bueno sin gastar una pequeña fortuna. Oregon, en los Estados Unidos, es el hogar de algunos Pinot increíbles, pero sus precios se están poniendo prohibitivos mientras que en el Valle de Leyda en Chile se están haciendo unos Pinot de clima fresco muy buenos a precios muy razonables.
Uno de los países más interesantes para descubrir en el mundo del vino es España, lo que puede parecer extraño. Desde un Godello de Vadeorras, o un Moscatel seco de Alicante, a un Tempranillo de clima fresco con su medido uso del roble, a un Rioja Alavesa o un Garnacha de Calatayud.
¡Contínuamente estoy buscando y descubriendo nuevos vinos que puedan proporcionar interés y placer a los wine lovers!