El término “vinos aromáticos” no está claramente definido, ya que los vinos pueden tener una gran variedad de aromas, dependiendo de dónde y cómo han sido hechos. Yo lo utilizo como un concepto general para que sea más sencillo pedir un vino sin tener que recordar tantos detalles.
Los vinos aromáticos son aquellos que tienen destacados y perfumados aromas florales, que se pueden encontrar en determinadas variedades de uva. Son, la mayoría, aunque no exclusivamente, vinos blancos. Los aromas florales que se encuentran en el vino son parecidos a los pétalos de rosa, azahar, violeta, jazmín y flores blancas. Esto es porque tanto los vinos aromáticos como las flores contienen un nivel más alto de múltiples celúlas llamadas “terpenos”, responsables de estos aromas tan agradables.
Las uvas más conocidas de las que se producen vinos aromáticos son: Riesling, con aromas de flores blancas, junto con lima y miel. Albariño, de Galicia, con delicados aromas florales, además de limón, y aroma a uva, y que es similar a Loureiro, otra uva originaria de Rías Baixas. Moscato, ampliamente plantada en Valencia, Alicante y y más al sur en Granada, y que tiene aromas de azahar y uvas frescas. Gewurtztraminer, originaria de Alsacia, en Francia, tiene aromas de pétalos de rosa, con frutas tropicales, mientras que Torrontés, de Argentina, tiene aromas a rosa y a cítricos.
Gruner Veltliner, de Austria, tiene aromas de flores blancas, cítricos y un toque de pimienta blanca, una combinación muy atractiva. Si tienes costumbre de pedir Chardonnay, por qué no pedir el más aromático Viogner, del Languedoc, con sus maravillosos aromas florales, albaricoque y melocotón.
Sauvignon Blanc puede incluirse en este grupo de vinos. Aunque no es conocido por su carácter floral, tiene unos aromas ciertamente pronunciados a limón, lima y singulares notas herbáceas a césped.
Oler vinos aromáticos puede ser fascinante gracias a los aromas claramente identificables que persisten y pueden ser disfrutados cada vez.
La manera en que se hacen los vinos tiene un papel muy importante a la hora de determinar la intensidad de los aromas. Se fermentan a temperaturas bajas, para mantener los aromas frescos, con más frecuencia que lo contrario. Este estilo de vinos no se envejece en barricas de roble, porque los aromas a vainilla y a roble tostado dominarían sobre los perfumados.
Una copa bien fresca de un vino de este estilo como aperitivo es deliciosa y siempre agradable cuando se está entre amigos o en una fiesta.
Cuando se maridan los vinos aromáticos con comida, intenta equilibrar las intensidades de los sabores y así tanto el vino como el plato saldrán beneficiados. Muchos platos de la comida india o thai son perfectos para acompañar vinos aromáticos. Si el plato es aromático y ligeramente especiado, yo recomendaría que probases un aromático ligeramente seco, como un Gewurztraminer de Alsacia, o un Riesling “spatlese” de Alemania, que tiende a ser semidulce, pero con un alto nivel de acidez natural. Son vinos muy equilibrados y que maridan estupendamente.
La próxima vez que vayas a un restaurante o tienda de vinos y no conozcas los vinos que tienen a la vista, pregunta por un blanco seco aromático. Hay una gran variedad donde elegir y que te servirán para diferentes ocasiones.
