Cuando decimos Los vinos de la guerra nos referimos a los de Siria y Líbano, naciones vecinas, rara vez han dejado de ser las protagonistas de los principales titulares por sus conflictos de guerra, en especial Siria.
Domaine de Bargylus es la única bodega que actualmente comercializa vino en Siria. Es el sueño hecho realidad de Johnny Saada, cuya familia fue expulsada de su Siria natal en 1958 mientras veía como su negocio pasaba a manos del gobierno. Johnny regresó a su país en el 2003 y partiendo de cero, plantó las primeras cepas junto a la cadena montañosa de nombre romano, Mount Bargylus. Los varietales con los que trabaja son Chardonnay y Sauvignon Blanc para los vinos blancos y Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot para los tintos.
Hoy en día son sus hijos, Karim y Sandro Saada, los que se ocupan del negocio. Desde que la guerra estallara en el 2011, el visitar los viñedos personalmente se ha convertido en una aventura demasiado peligrosa para ellos. En una entrevista reciente con la BBC, Sandro comentó “Gracias a Dios, a día de hoy no tenemos que lamentar ninguna baja en el equipo, pero nuestra plantación de Chardonnay ya ha sido bombardeada en dos ocasiones”.
Sólo el hecho de visitar el viñedo supone arriesgar la vida. Un taxi se encarga de recoger las muestras directamente del campo trasladándolas, en cajones refrigerados, durante más de 200km, hasta la oficina en Beirut, Líbano, donde se catan y analizan previo a la vendimia y elaboración.
Con todo y con eso, Domaine Bargylus elabora vinos de una calidad suprema que se pueden disfrutar en algunos de los mejores restaurantes de Londres, Paris y Hong Kong.
El Líbano, también ha sufrido una larga y cruenta guerra civil que comenzó en 1975 y se extendió hasta 1990, periodo durante el cual, el negocio del vino se vio prácticamente extinguido. La mayoría de las bodegas se encuentran en las colinas de Bekka Valley, en la costa Este Mediterránea, que hoy sufre la amenaza de los ataques de ISIS procedentes de la vecina Siria.
Pese a todas las dificultades, la industria del vino en el Líbano ha experimentado un gran desarrollo y en últimos 15 años se han construido 30 nuevas bodegas, que de un total 42 son capaces de elaborar hasta 8 millones de botellas al año, que se comercializan en más de 40 países. Según Hady Kahale, Director General de Ixsir, “La joyería y el vino son los únicos negocios del Líbano cuyo con balance positivo”.
Chateau Musar es la bodega más famosa del Líbano. Durante los años que duró la guerra, Serge Hocho, se dedicó a viajar y abrir mercado para el vino libanés. Hoy en día, las bodegas más reconocidas a nivel mundial por la magnífica calidad de sus vinos son, Domaine des Tourelles, Chateau Kasara e Ixsir. Curiosamente, Ixsir tiene una gran influencia española al ser el madrileño Grabriel Rivero, Gaby, uno de sus enólogos. Gabriel vive y trabaja en el Líbano desde hace más de 6 años, a donde llegó después de haber desarrollado grandes proyectos en Bordeaux y Ribera de Duero. Ixsir Altitudes Red está elaborado con Cabernet Sauvignon, Caladoc, Syrah y algo de Tempranillo, en una proporción perfecta que resulta en un gran vino.
Los agricultores de Bekka Valley en el Líbano ven como cada día, miles de refugiados sirios invaden sus campos en la huida desesperada de una guerra que asola su país.
Tanto los vinos del Líbano como los de Siria, merecen que les prestemos una atención especial por dos razones principales, una, porque son vinos de buena calidad, y dos, porque la dificultad que entraña la elaboración en esos países hacen que estos vinos sean mucho más interesantes.
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Foto por: John McGill para Domaine de Bargylus